La producción textil presentó una fuerte caída en 2023 respecto a 2022, muestra de la desaceleración económica del país que impactó en los sectores industriales, incluyendo la producción de textiles. La menor venta de confecciones derivó en una contracción de demanda de insumos.
Tanto la industria nacional, como internacional disminuyeron sus pedidos, debido a la contracción en la demanda que, si bien se dinamizó a fin de año, no fue suficiente para contrarrestar la caída de todo el 2023.
La hilandería, tejeduría y algodón fueron de los insumos con mayores caídas. A medida que las variables económicas y financieras van flexibilizando, se espera una mejora en el consumo y por tanto en la producción, lo que aumentaría los pedidos textiles.