Según la plataforma GoTrendier, con presencia en Colombia y México, desde 2017 en el país se han reutilizado cerca de 1,5 millones de prendas en plataformas de segunda mano, siendo Bogotá la ciudad con mayor consumo (39,0%), seguida de Medellín (9,0%)
La ropa de segunda mano, más que ser vista como un tema de sostenibilidad, es una tendencia. Si bien a las personas les preocupa el medio ambiente, esta no es la principal razón para adherirse a las tendencias de consumo.
Para dar un impulso a la ropa de segunda mano se debe empezar por un tema de educación, puesto que la mayoría de las personas desconoce que hay empresas dedicadas a la curaduría de ropa, es decir, a la restauración, limpieza y tratamiento adecuado que requieren las prendas antes de ser puestas para la venta.
En el último encuentro de Colombiamoda se abordaron diferentes temas en torno al sector, uno de ellos consistió en la ‘ropa de segunda mano’, abordado en la charla “Perspectivas del mercado de la segunda mano en Colombia”, realizada por Juan Diego Becerra Senior consulting partner de Raddar y Nadia Rojas, asesora técnica en economía circular GIZ.
La ropa de segunda mano es un tema que ha venido cobrando relevancia en el país, con diferentes plataformas que ofertan este tipo de productos de manera fácil. Según GoTrendier, con presencia en Colombia y México, desde 2017 en el país se han reutilizado cerca de 1,5 millones de prendas en plataformas de segunda mano, siendo Bogotá la ciudad con mayor consumo (39,0%), seguida de Medellín (9,0%), panorama que se espera se siga fortaleciendo. Sin embargo, persisten retos a la hora de llegar a una mayor cantidad de consumidores y que vean la ropa de segunda mano como una opción segura a la hora de querer renovar sus vestuarios.
De acuerdo con Juan Diego Becerra, Senior consulting partner de Raddar, a través de un sondeo realizado por la firma en cinco ciudades del país, preguntaron acerca de la sostenibilidad y ropa de segunda mano colombianos, a lo cual respondieron que la ropa de segunda mano, más que ser vista como un tema de sostenibilidad, es un tema de tendencia. Si bien a la gente le preocupa el medio ambiente, esta no es la principal razón para adherirse a este consumo.
En la encuesta realizada por Raddar, se encontró que el 47,0% de los colombianos considera que la industria de la moda, que es una de las más contaminantes del planeta, es responsabilidad de las marcas y los fabricantes y no del consumidor.
En cuanto a los canales de compra, las personas prefieren comprar ropa en centros comerciales (34,0%) y almacenes de la marca (23,0%), es decir, prefieren canales físicos, lo cual es relevante a la hora de querer posicionar la ropa de segunda mano, siendo este uno de los grandes retos que hay detrás, puesto que la percepción que tiene un 35,0% de las personas encuestadas, acerca de estos mercados de ‘usados’, es que los lugares para comprar prendas de segunda mano, siempre son desordenados y huelen mal. Asimismo, según la encuesta, las personas prefieren no comprar a través de medios digitales la ropa usada, porque no saben cuál es el estado de la prenda. Además, un 53,0% considera que comprar ropa de segunda mano les inquieta porque no están seguros de su limpieza y un 41,0% de personas tienen la percepción de que la ropa se ‘carga’ con su energía y por tanto eso pasa con las prendas de todas las personas, lo que generaría otra barrera a la hora de comprar estas prendas sin saber quién fue su primer dueño. Cabe resaltar que aproximadamente un 40,0% de las personas encuestadas afirmó haber comprado ropa de segunda mano.
Aunque la mayoría de las personas son conscientes que a través del uso de esta ropa se está haciendo un aporte a la sostenibilidad, aún existen barreras que limitan su consumo y es una barrera emocional en relación también con la experiencia de compra, así lo expresó Nadia Rojas, asesora técnica en economía circular GIZ.
En general, para dar un impulso a la ropa de segunda mano se debe empezar por un tema de educación, puesto que la mayoría de las personas desconoce que hay empresas dedicadas a la curaduría de ropa, es decir, a la restauración, limpieza y tratamiento adecuado que requieren las prendas antes de ser puestas para la venta. Además, tener en cuenta que cuando se compra ropa de segunda también se compra moda, no solo se hace por temas de sostenibilidad, por lo cual se debe poner especial atención en la forma en cómo se ofertan los productos, en la entrega y la experiencia de compra en su conjunto.
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