- Rezago estructural: la actividad de construcción continúa hasta 40% por debajo de los niveles prepandemia, pese a una leve reactivación de obras civiles.
- Vivienda en retroceso: la debilidad del programa “Mi Casa Ya” y la caída en licencias de construcción evidencian una contracción sostenida del segmento VIS.
Durante el foro Infraestructura y Vivienda organizado por la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (ANIF), el presidente del gremio, José Ignacio López, presentó un panorama detallado sobre la evolución reciente del sector de la construcción en Colombia, caracterizado por una alta volatilidad y una recuperación aún incompleta frente a los niveles previos a la pandemia.
Un sector marcado por la inestabilidad
López describió la trayectoria reciente de la construcción como una “montaña rusa”. El 2023 fue particularmente complejo, cuando el sector enfrentó un choque inflacionario que encareció los costos de los insumos (especialmente el acero), lo que se tradujo en una restricción monetaria más fuerte y un deterioro de la demanda de los hogares.
Si bien en 2024 se observó una leve mejoría, en 2025 la actividad constructora volvió a caer a terreno negativo, con reducciones de 3,1 % y 3,5 % en los dos primeros trimestres del año, respectivamente. En palabras del presidente de ANIF, la economía colombiana muestra un ritmo de recuperación moderado, pero la construcción continúa rezagada.
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Obras civiles: una recuperación parcial y desigual
El componente de obras civiles ha mostrado un mejor desempeño, impulsado principalmente por grandes proyectos privados y la reactivación de infraestructura vial. Sin embargo, este repunte no ha sido suficiente para compensar el deterioro del segmento edificador, que continúa siendo el principal factor de arrastre del sector.
A pesar de los avances recientes, el nivel de actividad en obras civiles sigue siendo 39 % inferior al observado antes de la pandemia, convirtiéndolo en uno de los sectores con mayor rezago dentro de la economía.
La aceleración registrada en el segmento civil para 2025 se explica, en gran medida, por la reactivación de proyectos mineros y viales, mientras que las actividades relacionadas con puertos, canales y presas permanecen en terreno negativo.
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Infraestructura vial y participación privada
López destacó la importancia de mantener el modelo de Asociaciones Público-Privadas (APP), que ha demostrado ser un instrumento eficaz para la transformación de la red vial del país. Según explicó, la inversión privada en infraestructura de transporte, impulsada tras la promulgación de la Ley 1508 de 2012, ha alcanzado niveles cercanos al 1 % del PIB, cifra que será indispensable mantener “dada la situación de las cuentas fiscales”.
El legado de las vías 4G incluye un avance de 91,9 %, con 132 billones de pesos en inversión, 30.000 empleos generados, 19 departamentos beneficiados y un CAPEX total de 65,6 billones de pesos distribuidos en 30 proyectos (15 en operación, 11 en construcción, 2 en preconstrucción y 1 en terminación anticipada).
En contraste, el programa 5G avanza a un ritmo más lento: 6 proyectos adjudicados, de los cuales 4 están en construcción y 2 en preconstrucción, con un avance global de 5,06 %. Este conjunto de proyectos beneficia 7 departamentos, ha generado 5.738 empleos y representa un CAPEX de 15,21 billones de pesos.
Vivienda: contracción persistente y menor dinámica VIS
El panorama del sector edificador, en especial el residencial, continúa siendo desfavorable. El deterioro del programa “Mi Casa Ya” ha incrementado los desistimientos en el segmento de Vivienda de Interés Social (VIS), mientras que las licencias de construcción mantienen una tendencia descendente.
La menor participación de las VIS dentro del total de licencias es un indicador claro de la pérdida de dinamismo en la actividad edificadora, que aún no encuentra un punto de inflexión pese a los esfuerzos de reactivación.