La forma como se mueve la economía mundial en un mundo interconectado como el de hoy hace que la transferencia de las condiciones de un mercado específico y con alta influencia en el comercio mundial, caso de Estados Unidos y China, sea cada vez más fuerte. Al respecto, se puede preguntar: ¿qué puede pasar en América Latina con la actual situación del Medio Oriente? o si ¿las condiciones políticas de Brasil perjudicarán a toda la región? y otras cosas similares que, efectivamente, tendrán respuesta positiva; la cuestión es ¿qué tan alto será el impacto?
Fuente imagen: www.freeimages.com
Autor: Luiz Baltar
Reduciendo el espacio de estudio a dos de los mercados más importantes del mundo, China y EE.UU., y al comportamiento de los países latinoamericanos, se puede decir que para el año en curso las situaciones más complicadas serán las de Argentina, Ecuador y Venezuela, seguidos por Brasil, quien contagiaría de su crisis a los países de Uruguay y Paraguay. En un entorno medianamente bueno, se pueden contar Colombia, Chile y la mayor parte de los países de Centroamérica. Con el mejor desempeño quedarían México, Bolivia y Perú (Ver: El Nuevo Atlas Mundial).
En cada caso hay circunstancias particulares, pero son especificaciones de fenómenos que, de alguna manera, son generales: el fin del boom petrolero, la devaluación de las monedas locales respecto al dólar americano; dos casos muy relacionados. Por último, aparece la condición de cada nación, en términos de la estabilidad gubernamental.
De los países que proyectan tener el peor comportamiento económico de la región, la caída en los precios del petróleo explica, en gran parte, el caso de dos: Venezuela y Ecuador. Sin embargo, en la primera nación es la inestabilidad política la que ha llevado a extremos la situación de esa nación, no hay inversión extranjera directa y menos local. En Ecuador, la fortaleza del dólar le ha restado competitividad al comercio internacional profundizado por la actual condición sísmica. Argentina, mientras tanto, pasó de ser un exportador a un importador neto; los problemas de deuda y el reciente cambio de dirigente político lo ponen en una mala perspectiva para lo que resta del 2016. A esto se le puede agregar la devaluación y la caída en los precios internacionales de los cereales (Ver: ¿Se Ve Afectado el Mercado Agroquímico Colombiano con la Fusión de las Compañías Dow Chemical y DuPont?).
Del segundo bloque en la lista de los países con peores expectativas, sobresale Brasil. Si bien la cuestión del petróleo no le afecta de forma crónica, si lo hace la devaluación del real brasileño, que, junto al rublo ruso, el rand sudafricano y los pesos de México, Argentina y Colombia, constituyen las monedas más devaluadas frente al dólar. Otro aspecto significativo es la indisposición gubernamental del país, que se aqueja por corrupción y elimina la confiabilidad de los inversionistas. Aun así, si Brasil establece pronto decisiones de alta influencia comercial, incentiva la demanda interna y aprovecha el apoyo que ha recibido de algunos países de la Unión Europea, puede salir con un 2016 rescatable y de paso evitarle el descenso en el crecimiento económico a Uruguay y Paraguay (Ver: Brasil sin Luces de Mejora).
Del tercer bloque: Colombia, Chile y Bolivia, los dos primeros se verán afectados por la caída en los precios del petróleo y el cobre, respectivamente, además de la devaluación de sus monedas. Colombia tiene por ventaja la confianza inversionista generada por un gobierno estable y con un plan de gasto amplio, la expectativa de la firma de un proceso de paz y la entrada o fortalecimiento de nuevos productos en el mercado internacional. Chile, por su parte, presenta un gobierno sólido, pero en competitividad internacional se raja, lo mismo que en créditos internos. Los países de américa central presentarán en general un comportamiento estable.
Entre los líderes de la región destacan México, Bolivia y Perú. El primero aunque golpeado por la caída en los precios del petróleo y la devaluación de la moneda nacional, tiene un alto nivel de inversión extranjera, que repunta en industrias como la automotriz y el turismo. Perú, sin duda alguna, será la sorpresa de la región. Expertos del Fondo Monetario Internacional y de otras firmas consultoras lo ubican en un rango entre 3.5% y 4.5%, siendo superado por Bolivia. La ampliación de las exportaciones constituye un bastón fundamental en el comportamiento de la economía peruana. Sobre el caso de Bolivia, las predicciones de los expertos pueden ser ciertas siempre y cuando apliquen un buen esquema de diversificación de exportaciones para perder dependencia del petróleo.
Por último, se espera que la caída en la demanda China, por la sustitución de importaciones que está aplicando el país, golpee la economía latinoamericana; a Colombia por el caso de productos primarios: hulla, petróleo, café y frutos. De igual forma, en el caso de EE.UU., se prevé que durante el año, la Reserva Federal aumente en una oportunidad la tasa de interés, lo cual podría generar de nuevo un fuerte flujo de dólares hacia ese país (Ver: ¿Cómo la FED Incide en los Precios del Petróleo y el Dólar?).