En la medida en que se han conocido los resultados de diferentes economías en los primeros meses del año, se ha comenzado a disipar los temores de una posible recesión en 2023. De hecho, las últimas proyecciones de crecimiento económico hechas por entidades como el Banco Mundial, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y Fitch Ratings fueron corregidas al alza frente a las estimaciones previas. En el caso del Banco Mundial, estiman un crecimiento global del 2,1%, cuando el crecimiento registrado en 2022 fue 3,1%, dejando en claro que el 2023 será el año de la desaceleración económica. (Lea también: La Estrategia China para Desdolarizar el Mundo)
Para 2024, las expectativas se mantienen pesimistas y, en la mayoría de los casos, se han hecho recortes en las proyecciones de crecimiento. Las regiones en las que más se han reducido las estimaciones de crecimiento son Asia meridional (-0,7 puntos porcentuales), América Latina y el Caribe (-0,4 pps) y Asia oriental y el Pacífico (-0,3 pps). El comportamiento de las proyecciones de 2024 está asociado al efecto de la política monetaria en el sistema bancario de países en los que la inflación ha sido más resistente de lo previsto, así como a las consecuencias económicas de la potencial llegada del fenómeno de El Niño, proyectada para la segunda mitad de 2023. En particular, en un estudio académico publicado en la revista Science, se estima que la situación climática tendrá efectos que durarán entre cinco a diez años. En adición, hay amenazas latentes como las tensiones geopolíticas y las consecuencias macroeconómicas del conflicto sin resolver entre Ucrania y Rusia.
En el caso de Estados Unidos, el primer trimestre de 2023 cerró con un crecimiento anual del 2,0%, impulsado por el gasto privado y público, las ventas externas y las inversiones en inventario privado fijo. Con este resultado, Goldman Sachs redujo las probabilidades estimadas de que la economía estadounidense entre en recesión en los próximos 12 meses al 20%. Por su parte, la Zona Euro entró en recesión técnica en el primer trimestre de 2023, al mostrar una reducción del 0,1%. Al respecto, Bert Colijn, economista senior para la Eurozona de ING Research, señaló que “la caída del 0,1 % tanto en el cuarto trimestre como en el primero es tan mínima y el mercado laboral es tan fuerte que es difícil argumentar que se trata de un entorno recesivo. Sin embargo, el estancamiento de la economía marca un corte claro del reciente auge posterior a la pandemia”
De acuerdo con la calificadora de riesgos Standard & Poor’s Global, el 2023 será el año del reajuste para América Latina y el Caribe, con un crecimiento del 0,9% frente al 2022, debido a la menor demanda de los socios comerciales, disminuyendo las exportaciones de los países de la región. En particular, de los seis países que evalúa la calificadora, sólo Chile decrecería (-0,4%), mientras que Perú tendría el crecimiento más elevado (2,0%). Para 2024, se prevé un repunte, pues la región crecería un 1,9%.
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Para el Banco Mundial, la economía latinoamericana crecerá un 1,5% frente a 2023, afectada por la persistencia de la inflación y de la política monetaria contractiva por parte de los bancos centrales. En adición, la región enfrenta un escenario de incertidumbre política que afecta la confianza de consumidores e inversionistas, que dificulta la actividad económica. Del mismo modo, la entidad advierte del riesgo que los fenómenos climáticos revisten para las economías de la región que dependen de los sectores agropecuario y minero. Para 2024, el Banco estima un crecimiento del 2,0% para la región, cifra menor en 0,4 puntos porcentuales a la esperada en las estimaciones de enero de 2023.
En el caso de Colombia, la moderación en el crecimiento ha sido más lenta de lo esperado por analistas nacionales e internacionales. De hecho, en los primeros cuatro meses del año, el Indicador de Seguimiento a la Economía (ISE) presentó un alza anual de 1,6%. Las proyecciones de crecimiento para el país están entre el 0,9% y el 1,8%, dando cuenta de una desaceleración en la dinámica de la actividad, pero menor a la que se preveía a principios del año, que oscilaba entre el 0,5% y el 1,5%.
El Banco Mundial estima que la economía colombiana crecerá 1,7% en 2023 como consecuencia del efecto que las condiciones macroeconómicas actuales tendrán en el consumo, que es el principal jalonador de la actividad económica del país. Sin embargo, se espera que el PIB crezca un 2% anual en 2024 en la medida en que “la inflación disminuya en respuesta al endurecimiento monetario y la caída de los precios mundiales de la energía y los alimentos, y a medida que la demanda externa se recupere gradualmente”. Similarmente, la OCDE proyecta un crecimiento del 1,5% en 2023 y del 1,8% en 2024.
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