El origen de la empresa francesa de vehículos Peugeot se remonta a comienzos del siglo XIX cuando los hermanos Jean Pierre y Jean Frederic Peugeot de una tradición agrícola se asociaron con Jacques Maillard Salins para crear una compañía dedicada a la producción de laminas y herramientas de acero, sin embargo en 1832 rompieron su sociedad y la empresa continuó bajo el mando de los hermanos Peugeot. Hacia 1865 la compañía era dirigida por la tercera generación de la familia, los primos Armand y Eugene, el primero fue quién percibió el negocio automotriz como el futuro de la industria, pero su primo no estaba muy convencido, debido a esta diferencia, Armand fundó una compañía productora de vehículos. Tras la muerte de Eugene, sus hijos decidieron fusionar su compañía de acero con la automotriz de su tío, y de esta forma nació en 1910 la Sociedad Anónima de Automóviles y Ciclos Peugeot.
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Los años posteriores de la firma fueron de crecimiento y consolidación en el mercado automotriz europeo. En 1965, con el objetivo de generar innovación, diversificación, confort y seguridad; la compañía se fusionó con la empresa Citroën y se conformó la sociedad PSA Peugeot-Citroën, quién se ha consolidado como el segundo mayor fabricante de automóviles del viejo continente con una participación del 15% en este mercado.
Si bien la historia de esta fabricante de vehículos ha sido favorable, sus últimos años no han sido los mejores. Específicamente en los primeros cinco meses de 2013 sus ingresos han disminuido un 13,9% con respecto a 2012, esta situación radica principalmente por los problemas que tiene el mercado europeo. Para enfrentar esta situación, la compañía ha recurrido a reducciones en la planta de personal y cierre de operaciones en algunas plantas esperando recomponer su flujo de caja.
Las soluciones a su situación de liquidez solo han generado un aplazamiento de su problema y para finales de 2013 se está proyectando una emergencia en caja para la automotriz francesa. Según Reuters, ante la falta de inversionistas y entidades financieras dispuestas a ayudar a la compañía, la familia Peugeot que domina la empresa con un 25,4% de participación y 38,1% de los derechos de voto, han pedido ayuda a General Motors, quienes ya tienen el 7% de PSA Peugeot-Citroën, y podrían hacer el aporte de dinero para solucionar la situación de liquidez pero a cambio del dominio que tiene la familia.
Si bien esta solución podría dar fin al problema de liquidez de la compañía, existe un trasfondo. Si General Motors decide que para consolidar los resultados se genere una mayor reducción de puestos y plantas, esto perjudicaría al gobierno de Francia, ya que la compañía es uno de los mayores generadores de empleo con 77.000 puestos.
En el mercado de valores, la acción de la automotriz francesa hace un año se ubicaba en los 7,5 euros y actualmente ronda los 6,3, lo que ha significado una desvalorización del 17%.