Los hechos recientes sucedidos en Estados Unidos referentes a tiroteos, en especial el que ocasionó la muerte a 17 personas en la Florida, generaron que algunos mercados tomen fuerza, mientras que otros la pierden. La discusión, de vieja data, es por la falta de control en la venta de armas, lo que reaviva los choques entre quienes defienden su libre comercialización y quienes creen que este mercado se debe restringir en alto nivel.
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La situación no es extraña, teniendo en cuenta el número de tiroteos, y en general, evaluando las estadísticas sobre incidentes relacionados con armas de fuego. Desde la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, hace 14 meses, se han presentado tres de las diez masacres de mayor impacto en dicho país. A destacar, están los 58 muertos registrados en un concierto en Las Vegas en octubre de 2017 y más reciente, en febrero, los 17 muertos en una escuela de la Florida.
A lo anterior, se suman otros datos de interés, como las 96 personas que diariamente mueren por el disparo de un arma. En 2016 se registraron 38.658 suicidios y 15 mil homicidios derivados de estos equipos. No obstante, en Estados Unidos la historia del armamento se remonta a la segunda enmienda de la Constitución que ampara el derecho al porte. A esto se le agrega el traspaso abierto que termina por generar un mercado negro liderado por grupos delincuenciales.
Según el mismo congreso de Estados Unidos, el número de armas en manos de civiles ascienden a más de 300 millones, en un país que tiene 325 millones de habitantes, lo que indica una relación no muy distante del 1 – 1. Mientras tanto, India, que tiene una población que cuadruplica la de la Unión Europea, está en el segundo lugar con 46 millones de armas en manos de civiles.
La pregunta está en por qué no se limita la comercialización de las armas en los Estados Unidos. La respuesta es la fortaleza que tiene este mercado y la influencia de grupos de interés, como la Asociación Nacional del Rifle, ANR. De esta forma, ni las experiencias exitosas parecen servir. En el Reino Unido, por ejemplo, tras el asesinato de 15 niños y un profesor, se aprobó la Firearms Act, ley que prácticamente prohíbe las armas en manos de civiles, endureció la compra de rifles de caza y armamento legal, y creó el tratamiento sobre las enfermedades mentales. Por su parte, Australia confiscó y destruyó 650 mil armas tras la masacre de 35 personas en un café de la isla de Tasmania. En los dos casos los incidentes con armas se desplomaron (Ver: ¿Por Qué Nos Hemos Preocupado en la Última Década en el Mundo?).
Sin embargo, la segunda enmienda ha favorecido el mercado de otros desarrollos, entre ellos los chalecos y las maletas antibalas, estás últimas mostrando una amplia elasticidad relacionada con los tiroteos. Caso particular es que una de las empresas más reconocidas a nivel mundial es colombiana, Miguel Caballero, que ante el drama vivido en una escuela estadounidenses, en 2012 desarrolló la línea de maletas antibalas para niños y a la fecha han registrado incrementos del 400% en ventas. Un hecho acompañado de la caída de precios, al pasarlos de 208 dólares a 190 durante el reciente San Valentín (Ver: Ambición, Irracionalidad y Suerte: lo Necesario para Llevar su Empresa a Otro Nivel).
Ahora, desarrollaron tableros blindados y ya tienen mercado, lo cual potencializa las exportaciones de Miguel Caballero, que son el 90% de la producción total, dirigida a 52 países, utilizando la plataforma Amazon como encadenamiento. Además, cuenta con 19 certificaciones en 25 años que lleva en el mercado. Tal es el éxito de estos productos, que aparte de la fábrica en Colombia, hay una en México y está a la expectativa de abrir una más en Estados Unidos, al tiempo que nuevas plataformas emergen, como es el caso de la Bulletprofjunior.com.
De esta forma, la demencia de unos pocos se convierte en el éxito de otros, una situación natural dentro del libre mercado. Sin embargo, la presión de grandes empresarios sobre una transformación en el modelo de comercialización de armas en EE. UU. se nota. Así lo dejan ver decisiones como las tomadas por la empresa de equipamiento deportivo Dick’s Sporting Goods que dejará de vender fusiles de asalto y restringirá las ventas de armas a menores de 21 años. Así mismo, está el corte de lazos de múltiples empresas con la Asociación Nacional del Rifle, entre ella las aerolíneas Delta y United Airlines, la aseguradora MetLife, Hertz, Avis y Enterprise, entre otras, que rescindieron sus contratos de colaboración y descuentos ante la radical postura a favor de las armas por parte de la ANR.