Los emprendimientos son los tipos de empresa más propensos a sufrir una quiebra, tanto en Colombia, como en el mundo, debido a limitantes en los procesos de ventas y a una administración financiera inadecuada. Así mismo, las pequeñas y medianas empresas también padecen estas condiciones, ya que sin importar que sus productos o servicios ofrezcan soluciones rápidas, tecnológicas y que los consumidores estén dispuestos a adquirirlos, si no obtienen ingresos suficientes e inversión para sostener el crecimiento, se es más propenso a entrar en proceso de bancarrota.
Fuente imagen: Shutterstock
Estas dificultades también tienen un efecto social considerable, pues las pymes son los agentes empresariales que estimulan la creación de nuevos empleos y dinamizan la economía de un país. En Colombia, por ejemplo, el 80% de la fuerza laboral hace parte de estas compañías, según registros del DANE, por lo que resultan preocupantes las conclusiones del estudio realizado por la compañía IARA Consulting Group, las cuales señalan que el 70% de las pequeñas y medianas empresas en el país fracasan antes de los cinco años, mientras que solo el 23% de los emprendimientos sobreviven, cifra inferior a la de Estados Unidos, donde se consolidan el 50%.
Estos números, sumados a la coyuntura política que atraviesa el país (¿El Descontento Social de los Países de América Latina Contagió a Colombia?), podría incrementar la tasa de mortalidad de estas empresas. Un ejemplo reciente es el caso de Chile, país en el que cerca de 20.000 pymes están a punto de declararse en quiebra, dadas las consecuencias del panorama social, el cual generó un declive sustancial en la producción de las compañías y en sus ventas.
Similar a lo ocurrido en Colombia, en Chile (¿Qué está Pasando con la Gobernabilidad en Latinoamérica?) las personas salieron a las calles solicitando reformas a la salud, la educación y los servicios públicos, mientras tanto, los dueños de las pymes y los emprendedores ven como sus negocios van en caída a libre.
Germán Dastres, el presidente de la Confederación Nacional de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa de Chile (Conapyme), explicó que sus “empresas no producen por encima del 30% y, en algunos casos, las ventas han sido nulas, lo que significa que ni siquiera pueden pagar el salario de los trabajadores, por lo que cerca de 100.000 trabajadores se verían afectados”.
A su vez, se han presentado episodios de violencia que afectan de forma directa a los negocios debido a los saqueos, daños e incendios, al tiempo que se redujo el consumo general de bienes y servicios.
Así las cosas, las protestas en Latinoamérica incrementan la desaceleración y una dependencia económica de las materias primas, situación que, sumada a la incertidumbre global por la guerra comercial entre Estados Unidos y China, puede conducir a que los inversionistas extranjeros se decidan por realizar movimientos hacia países con mayor estabilidad.