Con el tiempo, Colombia ha dejado de ser un país donde la industria tiene un peso significativo en la economía para cederle participación a otros sectores. Ahora, la apuesta del gobierno es volver a darle protagonismo a esta actividad, pero basada en sostenibilidad y tecnología. (¿Qué Significa una Inversión de $COP 1.155 Billones con el Plan Nacional de Desarrollo? (Video y Podcast))
El planteamiento es transitar de una economía extractiva a una del conocimiento, productiva y sostenible. Sin embargo, si bien el sector minero energético es relevante para nuestro país, un gran generador de divisas y nos ayuda a combatir la depreciación de la tasa de cambio; no es el principal protagonista.
Independiente del veto que el gobierno le está generando a la actividad minero energética, la apuesta que plantea es interesante: Poder diversificar la canasta de inversión extranjera directa a través de la promoción de energías renovables, fabricación de maquinaria, agroindustria, bioeconomía, generación de fertilizantes, plantas de beneficio, industria de tecnologías de la salud, astillero y aeronáutico.
La política se implementará a través de un Conpes que aprobará el Consejo Superior de Comercio Exterior y se instrumentalizará a través de inversión, financiación, talento humano, tecnología e infraestructura.
Si bien la iniciativa es relevante, no se identifica el costo fiscal de la misma y si va en línea con la regla fiscal del país; y no se identifican incentivos de cara a disminuir la carga prestacional e impositiva de la industria, que son factores que le han restado competitividad a Colombia frente al resto del mundo.