A raíz del déficit fiscal de $14 billones de pesos que arrastra la nación, fue aprobada la propuesta de bajar el IVA del 19% al 5% a los precios de los combustibles en el Plan Nacional de Desarrollo, lo que significa un ahorro en el valor actual del galón cercano a los $800 pesos, que aplicaría tanto para el Diesel como para la gasolina.
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A pesar de que la propuesta fue aceptada, el ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, afirmó que esta disminución no se verá reflejada en el precio que paga el consumidor, ni tampoco generará un costo fiscal. Según el ministro, lo que permite esta decisión es acercar al valor de la gasolina al nivel internacional, lo que permite un manejo más racional y consistente. Por su parte, la ministra de Minas y Energía, María Fernanda Suarez, expresó que con la medida se busca aliviar el aumento de los combustibles, que, en el primer trimestre del año, incrementaron 0.92%, en el caso de la gasolina, y 2,27%, en el del Acpm.
Así mismo, Carrasquilla indicó que con esta propuesta se quiere estructurar la forma en que se entregan los subsidios a los combustibles. De esta forma, al bajar 14 puntos en el IVA, se generaría un costo fiscal de $2 billones de pesos, pero, al eliminar el subsidio de los combustibles, el ahorro sería de $5 billones de pesos cada año.
Para calcular el precio promedio del galón de gasolina o ACPM se suman el ingreso del productor, que es el valor que el gobierno paga al proveedor del petróleo, el biodiesel, que se le mezcla a la gasolina, el impuesto a la nación, el impuesto territorial, los márgenes de distribución que se pagan a los distribuidores mayoristas y minoristas y finalmente el costo del transporte.
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La decisión ha generado mucha controversia, ya que, desde un análisis medioambiental, los incentivos para los carros eléctricos son pocos. Si bien la reducción del IVA no implica una disminución inmediata en el precio para el consumidor, puede verse reflejado con el paso del tiempo y la estabilización de los precios internacionales. Si esto llega a suceder, generaría un incentivo para la compra de vehículos nuevos o usados, dejando a un lado la comercialización de carros que poseen alternativas de movilidad sostenible.
Sin embargo, desde la Asociación Nacional De Movilidad Sostenible, se considera que la propuesta de estructuración de IVA es positiva, ya que debe incluir criterios propios de la economía local y no basarlo exclusivamente en estándares internacionales. Por ejemplo, esta misma asociación presentó una serie de propuestas de cara al Plan Nacional de Desarrollo, entre ellas una iniciativa que propone un cobro ambiental por obsolescencia vehicular, recaudo aplicable para quienes poseen autos viejos, que son los más contaminantes, y no para aquellos que hace un uso sostenible.
Otra de las iniciativas es otorgar mayores beneficios para los autos en circulación que menos contaminen, por ejemplo, al momento de aplicar las restricciones de pico y placa, para que se tengan en cuenta las emisiones y no solo los dígitos.
Es claro que deben apoyarse nuevas políticas relacionadas con la preservación del medio ambiente, sobre todo con la entrega de incentivos para motivar la compra de vehículos sostenibles, así como para desarrollar una infraestructura adecuada que permita una mejor implementación y desarrollo de esta línea de movilidad.
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