La estabilidad política y económica suelen estar asociadas a la presencia de un gobierno fuerte y funcional. Sin embargo, diversos casos alrededor del mundo han puesto en duda esta relación, mostrando que algunos países han logrado crecer económicamente y mantener el orden social sin un poder ejecutivo formalmente constituido. Esto plantea una pregunta provocadora: ¿es indispensable un gobierno para que una nación funcione?
La Fragilidad de los Sistemas de Gobierno y sus Efectos
En América Latina y África, regiones con altos niveles de desigualdad y conflictos internos, la inestabilidad política ha sido un factor común en sus crisis económicas. La caída constante de presidentes, las pugnas parlamentarias y la falta de continuidad en las políticas públicas han debilitado profundamente a varios Estados.
Un caso reciente es el de Perú, que en 2020 tuvo tres presidentes en un solo año, reflejo de una profunda crisis institucional. En naciones sin Estado consolidado como Somalia o grupos sin reconocimiento como los kurdos, la falta de gobierno ha derivado en graves crisis humanitarias y de seguridad.
Europa: Democracias Avanzadas También Han Vivido Sin Gobierno
Aunque parezca contradictorio, algunas economías avanzadas han demostrado que la ausencia temporal de gobierno no siempre conduce al caos. Por ejemplo:
- Bélgica ha pasado varios periodos prolongados sin un gobierno federal activo: 150 días en 1988, casi 10 meses entre 2007 y 2008, 541 días entre 2010 y 2011, y 650 días entre 2018 y 2020.
- Entre 2010 y 2011, logró crecer un 2% y reducir su tasa de desempleo, superando el promedio europeo.
- Irlanda del Norte, parte del Reino Unido, estuvo sin gobierno desde 2017 hasta principios de 2020, lo que casi pone en riesgo su Acuerdo de Paz.
- Alemania, pese a su reputación de eficiencia, enfrentó dificultades para formar coalición entre 2017 y 2018, lo que afectó su ritmo económico.
Camboya y Bélgica: ¿Modelos de Éxito sin Gobierno?
Uno de los casos más destacados es Camboya, que entre 2003 y 2004 pasó 353 días sin un gobierno formal. Aun así, experimentó un crecimiento económico por encima del promedio mundial, impulsado por un boom exportador y una estrategia de apertura económica que atrajo capital extranjero. El contexto de desarrollo inicial también favoreció este crecimiento acelerado.
En el caso de Bélgica, su estructura federal permitió que los gobiernos locales continuaran administrando funciones clave durante los periodos sin gobierno central. Además, se conformó un gabinete provisional encargado de gestionar asuntos urgentes.
Según el economista Paul De Grauwe, la ausencia de un poder ejecutivo impidió que Bélgica fuera forzada a aplicar duras reformas fiscales impuestas por la zona euro, lo que a su vez favoreció su desempeño económico en tiempos de crisis.
¿Puede una Nación Funcionarse Sin Gobierno?
Aunque estos casos parecen sugerir que un país puede operar sin un gobierno formal, hay matices importantes:
- No se puede generalizar: Bélgica y Camboya prosperaron bajo condiciones particulares —estructura federal, gabinete provisional, fase del ciclo económico, y apertura al comercio exterior— que no aplican a todas las naciones.
- La ausencia de gobierno no garantiza estabilidad: En muchos casos, la falta de poder ejecutivo ha resultado en desorganización, aumento de la corrupción, crisis humanitarias y retrocesos democráticos.
¿Son los Gobiernos Indispensables?
Los gobiernos siguen siendo fundamentales para garantizar estabilidad institucional, seguridad jurídica y cohesión social. Sin embargo, los ejemplos de Bélgica y Camboya demuestran que, en ciertos contextos, la fortaleza de las instituciones, la descentralización del poder y una economía dinámica pueden mitigar temporalmente la ausencia de un poder ejecutivo central.
En lugar de cuestionar la necesidad de los gobiernos, estos casos deberían motivar una reflexión sobre qué tipo de estructuras políticas e institucionales son verdaderamente eficaces para el bienestar ciudadano.
