La propuesta de renegociar el TLC entre Colombia y EE. UU. hecha por Gustavo Petro es viable, pero puede traer más desventajas que beneficios.
El TLC con EE. UU. cumplió recientemente 10 años de ser firmado.
Actualmente Colombia puede exportar 11.497 productos sin arancel a este país.
En sus 10 años de vigencia, el Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Colombia y los EE. UU. ha traído beneficios a departamentos como Cundinamarca, Antioquia y Atlántico. En estos lugares, se ha observado un aumento en las exportaciones de productos no mineros. En la actualidad, Colombia puede exportar 11.497 productos al mercado estadounidense sin aranceles. Sin embargo, el balance no es completamente positivo. Esto se debe a las barreras en términos de competitividad que han impedido que diversas empresas colombianas vendan sus bienes a EE. UU. y otros países.
Los sectores en los que más han aumentado las ventas externas tras la firma del TLC han sido: el agropecuario y de alimentos con un crecimiento cercano al 47%. También la industria liviana, que incluye actividades como las confecciones y el calzado, ha logrado un incremento de 21,7%.
En el agro, mientras el TLC impulsó las exportaciones de flores, café y algunas frutas tropicales, sectores como el arrocero, lácteo y el maicero se han visto afectados. Esto es debido al aumento de las importaciones, lo que ha amenazado la supervivencia de los cultivos. Por ejemplo, en el caso del arroz, Fedesarrollo estima que en el 2030 desaparecería el 39% del área sembrada en este cereal en el país. Esta situación ocurre a causa de la eliminación del arancel a la importación desde EE. UU.
Por su parte, para algunos gremios del sector de confecciones, el TLC con EE. UU. fue mal negociado. Esto se debe a que se establecieron preferencias frente al origen de las telas y los hilos. Estas limitan la exportación de prendas a las empresas colombianas.
Una de las propuestas de campaña del presidente electo, Gustavo Petro, fue la renegociación de los TLC, incluyendo el que tiene Colombia con EE. UU. Este país se ha mostrado abierto a mejorar las relaciones comerciales y diplomáticas con el nuevo gobierno. La soberanía nacional y la normatividad colombiana permite al país renegociar las condiciones de los TLC suscritos, pero una renegociación es de ambas partes. En el caso del acuerdo con EE. UU., será necesario que representantes de ambos países revisen los 23 capítulos del acuerdo. No todos se refieren a exportaciones e importaciones. La revisión conformará la comisión de libre Comercio.
Para María Claudia Lacouture, presidenta de La Cámara de Comercio Colombo Americana (Amcham), “renegociar el TLC es viable. Pero en el contexto que estamos viviendo con oportunidades para Colombia es inconveniente. Hay que pensar que, como en toda negociación, hay que dar algo a cambio. La pregunta entonces es: ¿Qué estamos dispuestos a sacrificar en términos de acceso, si es que Estados Unidos está dispuesto a renegociar?” Lacouture considera que los esfuerzos deberían centrarse en mejorar la competitividad de las empresas.
Para Javier Díaz Molina, presidente ejecutivo de Analdex, sería conveniente revisar y no renegociar el TLC. Manifestó que uno de los aspectos que se puede cambiar en beneficio del sector textil es permitir la importación de telas con acumulación de origen. Sin embargo, afirma que “renegociar el acuerdo en una época de proteccionismo como la que estamos viviendo en todo el mundo sería fatal”. Cree que las reglas del juego podrían cambiar impactando negativamente al país. Esto sucedió con la renegociación del TLC entre EE. UU. y México (B3W de EEUU VS BRI de China, las Estrategias para Apoderarse del Liderazgo Global (Video y Podcast)).