Las tendencias de aprovisionamiento y la estacionalidad en la industria de la moda han dejado a las empresas vulnerables a las interrupciones del transporte marítimo, particularmente en el Mar Rojo debido a la violencia en la región. Los envíos desde Asia por vía marítima, que a menudo dependen de los canales de Suez o Panamá, representaron el 51,0% de las importaciones de prendas de vestir y calzado de la UE durante los 12 meses hasta el 30 de noviembre de 2023.
La variabilidad estacional en las cadenas de suministro de prendas de vestir implica que los retrasos se vuelvan más significativos durante el pico de ventas, que va desde julio hasta septiembre, cubriendo desde el regreso a clases hasta el Black Friday. Debido a que los tiempos de envío, que normalmente son de cinco a seis semanas, ahora se han extendido a al menos ocho semanas.
Los fabricantes están enfrentando actualmente retrasos en los tiempos de entrega de sus proveedores, según datos del Índice Global de Gerentes de Compras (PMI) de S&P. Los plazos de entrega de los proveedores de los fabricantes de bienes de consumo en general han alcanzado su nivel más bajo desde junio de 2022.
Para mitigar el riesgo de inventario futuro, puede ser necesario ajustar las estrategias logísticas. En Estados Unidos, los importadores tienen la posibilidad de enviar mercancías a la costa oeste desde Asia, lo que les permite sortear los desafíos asociados con los canales de transporte.