Durante el Congreso Anual de la Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol), su presidente, Guillermo Herrera, expresó una advertencia sobre el futuro de la vivienda en Colombia. Según Herrera, si el Gobierno no implementa un plan efectivo para la reactivación del sector, en una década, 7 de cada 10 viviendas podrían ser informales, lo cual agravaría el déficit cualitativo en el país. El evento contó con la participación de la ministra de Vivienda, Helga Rivas, a quien se le reiteró la urgencia de generar políticas de largo plazo que estimulen la construcción formal y sostenible.
De acuerdo con el diario Portafolio, entre 2005 y 2018, se formaron 4,5 millones de hogares en el país, y aunque se construyeron 4,6 millones de viviendas, 1,6 millones de ellas carecían de permisos legales. Esta tendencia a la informalidad no solo impacta la biodiversidad, sino también el desarrollo social, la calidad de vida de los hogares y las finanzas estatales, según datos de Camacol y el Dane. Herrera subrayó que, si la construcción formal continúa en declive, la informalidad crecerá, con consecuencias para el medio ambiente y la sociedad.
Herrera estima que, en los próximos años, será crucial definir la oferta y accesibilidad de vivienda. Según proyecciones, se forman cerca de 300.000 hogares anuales en Colombia, mientras que la construcción solo alcanza 130.000 viviendas, y esta cifra podría disminuir a 100.000 si no se toman medidas correctivas. Además, el impacto económico es significativo, pues el sector ha generado $40 billones en comercializaciones, cuya estabilidad depende de políticas públicas efectivas para evitar desistimientos.
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