Un análisis reciente del economista Eduardo Lora revela una creciente desconexión entre la formación académica y las oportunidades laborales en Colombia, situación que afecta especialmente a los jóvenes. A pesar de alcanzar niveles de educación superior, muchos se ven obligados a desempeñar trabajos no relacionados con su área de estudio, lo que genera descontento, baja productividad e informalidad.
Según el diario Opanoticias, se destaca que este fenómeno se ve agravado por expectativas poco realistas sobre el emprendimiento y una alta informalidad laboral. Datos de la Fundación Empresarios por la Educación indican que la mayoría de los jóvenes con estudios técnicos o universitarios terminan en empleos no vinculados a su formación, lo que contribuye a la insuficiente protección social en el país.
Además, diversos estudios señalan que el 69,0 % de los empleadores en Colombia reporta dificultades para encontrar profesionales con la experiencia y competencias técnicas necesarias. Los sectores de tecnología y telecomunicaciones, impulsados por la demanda en áreas como desarrollo de software, inteligencia artificial y ciberseguridad, lideran las expectativas de contratación. Sin embargo, las empresas se han adaptado a los cambios, teniendo que el 55,0% manejan una modalidad de trabajo mixta, buscando un equilibrio entre bienestar y cultura organizacional.
Ante esta situación, expertos proponen un diálogo nacional para reformar el sistema educativo, mejorar su calidad y fomentar una colaboración más estrecha entre el sector educativo y el empresarial. La alineación de la formación académica con las demandas del mercado laboral es clave para que el talento joven pueda contribuir efectivamente al progreso nacional.
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