Las cifras del Ministerio de Educación, de la Encuesta Nacional de Calidad de Vida del DANE y del Sistema para la Prevención de la Deserción de la Educación Superior (SPADIES) reflejan un grave problema. En los últimos 24 meses, aproximadamente 350.000 estudiantes interrumpieron su educación principalmente por falta de recursos. Además, unos 223.000 estudiantes, a pesar de haber sido admitidos por las universidades, optaron por no matricularse.
La Encuesta Nacional de Calidad de Vida del DANE revela que el 52,1% de los colombianos no empezaron una carrera universitaria por razones económicas. De este porcentaje, el 24,9% señaló la falta de dinero o los altos costos educativos como la principal barrera; el 8,3% indicó que debía encargarse de los oficios del hogar; y el 18,9% expresó la necesidad de trabajar.
Finalmente, de los estudiantes que sí acceden a la educación universitaria, entre el 25% y el 35% terminan abandonando sus estudios por razones económicas o falta de motivación, según SPADIES.
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