Durante este período, el país logró reducir significativamente los niveles elevados de inflación que caracterizaron décadas anteriores, contribuyendo a un entorno más predecible para la toma de decisiones económicas. Sin embargo, tras un análisis realizado por la firma Sectorial, se plantea la necesidad de revisar y actualizar este marco de política monetaria ante un entorno económico cada vez más complejo y desafiante.
El esquema de inflación objetivo ha fortalecido la reputación del Banco de la República como una entidad técnica y autónoma, mejorando la previsibilidad económica tanto a nivel empresarial como en el sector público. La tasa de interés, ajustada por la autoridad monetaria, ha sido la herramienta principal para alcanzar este objetivo durante dos décadas y media.
No obstante, “el entorno económico actual presenta condiciones que no existían cuando se implementó el esquema; y eventos como la pandemia, la fragmentación de las cadenas de suministro globales y los efectos del cambio climático han hecho más frecuentes los choques de oferta, que afectan los precios sin necesariamente responder a variaciones de la demanda”, afirma Alejandro Escobar, gerente estratégico de Sectorial.
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