En 2017 la palma fue el segundo renglón agrícola, seguido del café, gracias a que es la principal fuente de ingresos de 150 municipios. Por ello, el sector planea crecer más este año de la mano del aumento en las exportaciones y la creación de una marca país para diferenciarse en otras naciones (especialmente en México) y de esta forma, incrementar la productividad.
Para Jens Mesa Dishington, presidente de Fedepalma, “gran parte del buen desempeño se debe al trabajo de Cenipalma, el centro de investigación del sector, el cual ha ayudado a aumentar la productividad”. El foco de exportaciones se encuentra en Europa, donde hay una guerra con los productores de aceites vegetales, pues la palma requiere 10 veces menos de tierra.
En este orden de ideas, Colombia cuenta con una frontera de 43 millones de hectáreas para sembrar, de las cuales solo 7 millones lo están, por lo que el espacio es suficiente. Por otro lado, el 15% de la producción nacional ya está certificada con un sello internacional de buenas prácticas que se conoce como Rspo (Roundtable of Sustainable Palm Oil).