En el país hay 500 mil hectáreas de plantaciones de la palma aceitera y una de las principales zonas se encuentra en Santander. El pasado enero, la tonelada de fruto al productor se le pagó a $400 mil; en febrero, bajó a $350.000 y para marzo, fue fijado en $320.000, es decir que el sector ha perdido 80 mil pesos por tonelada.
El Sistema Andino de Franjas de Precios, (Safp), permitía estabilizar los costos de importación para el agro y mantener los precios internos al productor, gracias a un arancel del 17% al 20%. Sin embargo, ese arancel ya no existe y los productores se están encontrando con un escenario desalentador.
“El Gobierno Nacional presionó muy fuerte al sector palmero, y para ello congeló los precios del biodiesel, hasta que, literalmente, tocó entregarle ese arancel del 17 %. Esa medida inmediatista, con criterio politiquero y escu-dada en que el aceite de palma estaba muy costoso e incidía en la inflación, literalmente tiene al sector desprotegido. El Gobierno nunca ha entendido que el aceite de palma es un commodity”, agregó León Darío Uribe, directivo gremial y cultivador de palma de la Zona Central en Santander.
https://youtu.be/gBWxRN1c098