El sector palmicultor colombiano se posiciona como un actor estratégico en el mercado global, en un momento en que los principales productores mundiales, Indonesia y Malasia, han reducido su producción. Esta coyuntura abre nuevas oportunidades comerciales para Colombia en mercados clave como Estados Unidos, Europa, Brasil y México.
De acuerdo con un análisis del portal Agronegocios, expertos internacionales señalan que los precios del aceite de palma se mantendrán en niveles altos durante el resto de 2025 y 2026, debido a las limitaciones en la oferta global. En este contexto, Colombia planea aumentar su capacidad productiva de manera sostenible. El país cerró 2024 con 610.000 hectáreas sembradas de palma y para este año se proyecta la siembra de al menos 10.000 hectáreas adicionales. Desde la Federación Nacional de Cultivadores de Palma de Aceite (Fedepalma) se ha enfatizado que esta expansión se realizará dentro de la frontera agrícola ya establecida, sin incurrir en deforestación.
La innovación tecnológica es otro de los pilares para el crecimiento del sector. Durante la 21ª Conferencia Internacional de Palma de Aceite, se destacó el uso de inteligencia artificial y visión satelital para el monitoreo de cultivos y la detección temprana de enfermedades. Adicionalmente, se está evaluando el potencial del aceite de palma como insumo en la alimentación para los sectores avícola y porcícola, así como para la creciente demanda de combustibles de segunda generación, especialmente para la aviación y el transporte marítimo.
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