El constante uso de semillas transgénicas estaba generando desventajas sobre las semillas nativas del departamento de Nariño, generando pérdidas económicas a los productores y problemas de salud en los consumidores. Por esto, la población solicitó detener el uso de las semillas transgénicas y el consejo municipal de San Lorenzo falló a favor pues hay estudios que confirman que los herbicidas utilizados en cultivos de semillas transgénicas pueden generar alteraciones hormonales bioquímicas y fisiológicas.
Los integrantes de la organización ambiental “Semillas”, que trabaja con comunidades rurales, aseguró que “los cultivos transgénicos han aumentado de 1.4 millones de hectáreas en el año 1996 a 175 millones en 2013; pero el 90% del área cultivada se concentra solo en diez países: Estados Unidos, Brasil, Argentina, Canadá, India, China, Suráfrica y Paraguay, entre otros”.
Los habitantes que votaron a favor de su erradicación comentaron que “su disputa no es en contra de las empresas con cultivos transgénicos, sino que quieren proteger y lograr la soberanía territorial, ambiental y reivindicar los procesos agroambientales y ecológicos que realizan los campesinos de Colombia”.
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