La competencia parece no tener límites y eso lo tienen claro las empresas que pertenecen al sector de los agroquímicos. No hace mucho, específicamente a mediados de 2015, que Monsanto ofreció por la compra de Syngenta, como también lo hizo la firma Chem China quien al final ganó la puja con 43 mil millones de dólares. Cerca de esta acción, estuvo la fusión entre DuPont y Dow Chemical; así que de forma rápida, cuatro grandes compañías se convirtieron en dos.
Pero seguir en solitario no es el plan de Monsanto, quien vio cómo su competencia estaba creciendo y de nuevo, en el pasado mes de marzo, decidió actuar. Esta vez ofertando por la firma Bayer, sin embargo algo pasó, porque después de un corto silencio el teatro se volteó y ahora es la firma Bayer quien oferta por Monsanto.
Qué estrategia están utilizando, ahí queda el interrogante. Pero los que sí están preocupados, son los productores agrícolas quienes ven cómo se van reduciendo los oferentes de semillas y agroquímicos, al punto de establecerse como oligopolios, amparados a la vez por sistemas de regulación que los obliga a adquirir los productos que ofertan. Los agricultores tienen por qué preocuparse realmente, ya que de darse la fusión, el 65% del mercado de los agroquímicos y el 60% del mercado de semillas a nivel global, quedaría en manos de tres compañías (ver gráfico).
Fuente: Sectorial