Según un informe de Bancolombia, analizado por el diario La República, el consumo en el primer trimestre del año tuvo un saldo negativo, con una disminución del 10% en comparación con el mismo período del año anterior, una tendencia que refleja la ralentización en los niveles de compra debido a las complejidades del contexto económico actual. A pesar de esto, se estima que el consumo siga siendo uno de los mayores impulsores de la economía en 2023, con un crecimiento esperado del 1,9%, y una variación del PIB del 1,4%.
El comportamiento del consumo en el primer trimestre refleja una tendencia global, con un crecimiento esperado del 3% en los próximos cinco años, según el FMI. La incertidumbre económica global, incluyendo las tensiones geopolíticas, ha sido un factor importante en la ralentización de la economía colombiana, junto con los mayores niveles de endeudamiento y la menor disposición de los hogares a aumentar su consumo. Además, se observó una desaceleración importante en el consumo de bienes duraderos y de las categorías de moda y variedades, que son elásticas ante cambios en la demanda.