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Como estrategia para combatir la propagación del tizón bacteriano, una enfermedad que infecta las venas de las hojas del cultivo de arroz, el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) y el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (Usda) aprobaron la utilización de un arroz modificado genéticamente para resistir esta enfermedad, incluyéndolo dentro de la regulación convencional, lo que según Paul Chavarriaga, líder de la Plataforma de Transformación Genética de la Alianza Bioversity-Ciat, incentiva la adopción de este tipo de técnicas, pues no tienen que enfrentar la regulación estricta de los transgénicos.
Esta aprobación, que se basa en el hecho de que el cultivo no contiene ADN foráneo a pesar de ser genéticamente modificado, marca el camino para que más países definan regulaciones en este sentido, e impulsa el desarrollo de investigaciones en el campo de la edición genética en el país, que según María Andrea Uscátegui, directora ejecutiva de Agro-Bio, tiene un gran potencial en el país; la bacteria Xanthomonas oryzae, causante de la enfermedad, es catalogada como plaga principal de los cultivos de arroz en Asia, y en Colombia, a pesar de no haber sido detectada aun, se realizan constantes pruebas de detección preventiva.