Como todo en la vida, la obsolescencia es un momento imposible de evitar, aunque con nombres distintos en todas las cosas está y en todas las acciones ocurre. Dentro del sector automotriz la situación es más sencilla, la obsolescencia ocurre bien sea porque el material en el cual está construido el vehículo no soporta más, o bien sea por normatividad como ocurre en el caso de los autos altamente contaminantes a causa de motores desgastados.
En otros casos, la obsolescencia ocurre por los cambios en el sistema de engranajes y rodamiento, en cuyo caso sale más económico fabricar uno vehículo nuevo que reestructurar los viejos. Un caso similar ocurre con los combustibles, más ahora que se encuentran en pleno auge el desarrollo de autos eléctricos o movidos por gas. De igual forma sucede con los avances informáticos donde los vehículos han dejado de ser en gran parte mecánicos y ahora son automáticos.
Finalmente está el factor comercial, aquel donde si bien el vehículo está en buenas condiciones se pueden seguir fabricando, hablamos en este caso de la obsolescencia del modelo. Se trata de esos autos que si bien en un momento tuvieron mucho éxito, las nuevas generaciones ya no los quieren, los perciben feos, faltos de estilo y por eso no es rentable para las empresas producirlos. Sobre el tema, este año han sido varios los modelos que han salido del mercado, entre ellos el Renault Clio y el Chevrolet Classic, que acaban de anunciar su despedida.