Varias son las amenazas que por estos días enfrenta el sector automotriz, desde aspectos relacionados con el invierno que azota a varias regiones del país destruyendo puentes y causando el taponamiento de vías hasta la contaminación atmosférica como la que recientemente afectó la zona metropolitana del Valle de Aburrá. Ahora, un nuevo problema pone en jaque el sector, se trata de las normatividad en torno a las restricciones de movilidad: el pico y placa.
En el caso de la contaminación los dirigentes municipales encuentran en el parque automotor la primer herramienta para disminuir los niveles de polución, una medida superficial pero al mismo tiempo efectiva. En cuanto al tema del pico y placa, la contradicción es evidente, las principales ciudades del país se encuentran presas de tacos, cada vez más seguidos y más largos. Sobre este punto, la situación es compleja dado que según cifras de los gremios del sector el potencial es amplio ante la baja penetración del parque automotor, pero las ciudades están atiborradas de vehículos ¿problemas de estadística?
En este entorno, la transformación del gremio no es suficiente. De nada sirve migrar a vehículos eléctricos si la capacidad de las vías y su estado no mejoran. Se piensa entonces en un transporte público y, si bien, este es bueno en algunas regiones, en otras es insuficiente e inseguro. Así queda claro que la situación del sector automotriz día a día tiene más choques, a lo que se suma el auge de espacios asignados a la red de ciclorrutas y bicicarriles.
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