Entre escándalos, ferias y compra de concesionarios se ha movido la industria automotriz en los últimos días. En el caso de los escándalos, por ejemplo, el supuesto cartel de las automotrices alemanas y la utilización de software ilegal en los vehículos de estas firmas, marcaron el cierre de julio. Un proceso engorroso del que no se han podido desprender marcas como Volkswagen desde que se conoció el famoso caso del diselgate.
Por otro lado, están las ferias como la realizada en la capital del país. Los resultados no fueron malos, la Bogotá Car Expo, la Feria del Carro Usado, es sus tres días recibió cerca de 21.500 visitantes que movieron un monto de 50.000 millones en negocios al lograr la venta de 900 vehículos que exhibieron 30 concesionarios.
Finalmente, está la compra que a la multinacional Daimler Mercedes-Benz le hizo la marca colombiana Motorysa, quien se quedó con los puntos de venta que la extranjera tenía en Bogotá, Ibagué y Duitama. Con este movimiento, Daimler sale del comercio al por menor y se concentra en ser casa matriz, proveedor y el respaldo de todos los concesionarios. Mientras tanto, Motorysa incluye en su portafolio los automóviles Mercedes –Benz y los vehículos pesados de Daimler.
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