Según el Observarorio de Seguridad Vial, las motocicletas son un vehículo de alta peligrosidad y no tiene muchos requisitos para su adquisición, únicamente la financiación aprobada y los documentos de identidad, sin ningún tipo de protección al consumidor por parte del vendedor.
Los seguros, multas, parqueaderos y gasolina, son algunos de los factores que las personas no tienen en cuenta al comprar una moto, haciéndola más seductora, por lo que su adquisición se ha masificado en el país. Sin embargo, las normas de tránsito no se cumplen a cabalidad, aspectos como: adelantar carros, irrespetar semáforos, “zigzaguear” entre vehículos, invadir aceras y zonas demarcadas para los peatones, entre otros.
Algunas de las propuestas que se han llevado al Congreso de la República son:
Ley que rija el mototaxismo.
Cobro de peajes.
Venta sensibilizada.
Restricción de bajo cilindraje en autopistas.
Sin embargo, ni Ministerio de Transporte, las Secretarías de Tránsito, la Agencia Nacional Vías o la Policía Nacional, han logrado que se tomen cartas sobre el asunto.
Al cerrar 2018, el número de motocicletas en Colombia alcanzará los 10 millones. Si la meta de ventas de todas las ensambladoras que operan en el país se cumple, este año serán 550 mil motos más a las existentes.