El mercado de vehículos eléctricos (EV) continúa su expansión a nivel global, impulsando una transformación en el sector automotor y en las cadenas de valor asociadas. Las proyecciones indican que la electromovilidad mantendrá un crecimiento sostenido durante la próxima década, reconfigurando la industria y aumentando la demanda de componentes clave como las baterías de ion-litio.
Según la Agencia Internacional de Energía (IEA), citada por el portal La Nota Económica, las ventas de vehículos eléctricos nuevos alcanzarán los 20 millones de unidades en todo el mundo durante el presente año. La IEA también proyecta que, de mantenerse los compromisos climáticos actuales, los EV podrían representar el 40,0% del total del mercado global para 2030. Este cambio estructural está impulsando la capacidad de producción de baterías, que se estima se duplicará para el final de la década, pasando de 2,8 TWh en 2023 a 6,5 TWh en 2030, según S&P Global Commodity Insights.
Este escenario exige procesos de manufactura más eficientes y sostenibles. Empresas como Rockwell Automation están implementando tecnologías de automatización avanzadas para optimizar la producción tanto de baterías como de vehículos. Un ejemplo es el caso de The Shyft Group, que logró desarrollar un chasis para camiones eléctricos de última milla en solo nueve meses gracias a la integración de sus operaciones en una única plataforma digital. Estos vehículos 100% eléctricos están diseñados para recorridos urbanos de hasta 350 kilómetros, ofreciendo una solución eficiente para la logística urbana.
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