Gracias a sus características de metabolizar el carbono por las altas cantidades de producción de biomasa, los cultivos de caña de azúcar se han convertido en un elemento fundamental para la alimentación ganadera. Para este fin, la planta se puede utilizar de distintas formas, ya sea la caña de azúcar integral, los residuos de la cosecha en el campo o los subproductos de fábrica como la miel, el bagazo, la vinaza, entre otros.
Esta se convirtió en una alternativa de alimentación en momentos de escasez de forraje. Las cañas que son cultivadas especialmente para la ganadería, se realizan de forma escalonada en función de la cantidad de ganado.
La composición morfológica de la caña de azúcar es:
Tallo: 62 al 77%.
Cogollo: 10 al 20%.
Paja: 9 al 20%.