El comportamiento responde a factores como las altas tasas de interés, la incertidumbre económica y la reducción de la capacidad de pago de los hogares y empresas.
De acuerdo con el diario Portafolio, la cartera total de créditos presentó una reducción real significativa de 1,5 % en comparación con el mismo periodo del año anterior. Los segmentos más afectados incluyen el crédito de consumo, con una caída notable en la demanda de préstamos personales y de libre inversión, y el crédito comercial, donde las empresas han optado por postergar inversiones y expansiones debido a la incertidumbre económica.
Expertos financieros señalan que las altas tasas de interés, implementadas como medida para controlar la inflación, han encarecido el costo del dinero, desincentivando la solicitud de nuevos créditos. Además, la percepción de riesgo ha aumentado, llevando a las entidades bancarias a endurecer sus políticas de aprobación y a los consumidores a ser más prudentes en sus decisiones financieras.
En diciembre, la tendencia negativa de la actividad crediticia continuó, y aunque algunos expertos proyectan una reducción en las tasas de interés en 2025, la recuperación del sector financiero podría tomar más tiempo del esperado. Se estima que la reactivación del crédito dependerá de la confianza de los consumidores y de una mayor estabilidad en las condiciones económicas del país. El Gobierno y los bancos han evaluado estrategias para facilitar el acceso al financiamiento sin comprometer la solidez del sistema bancario.
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