El aislamiento social nos dejó varios fenómenos: Desde la demanda, la necesidad de un nuevo liderazgo que se ha hecho evidente al ver consumidores mucho más exigentes con el mercado. Y desde la oferta, con los aumentos en materias primas y por ende en los precios de bienes y servicios. Luego las renuncias masivas y la falta de talento humano. Y finalmente las nuevas y necesarias inversiones en tecnología. Estos hechos llevaron a las empresas a plantear nuevos liderazgos.