Standard & Poor’s redujo la calificación crediticia en moneda extranjera a largo plazo del país a BBB negativa. Si bien, Colombia sigue estando en el rango crediticio internacional, la calificación aumenta la posibilidad de que los inversionistas se vean tentados a retirarse de la nación.
De acuerdo con la calificadora de riesgo, la caída en el nivel crediticio corresponde al débil crecimiento por el cual atraviesa el país, y la dependencia parcial de los ingresos extraordinarios para compensar el bajo rendimiento de los ingresos de la reforma tributaria de 2016, los cuales se prevé afecten el crecimiento de 2018.
Adicionalmente, el país sigue afectado por los efectos de los bajos precios de los productos básicos. De acuerdo con el director de Casa de Bolsa, Juan David Ballén, desde que el petróleo empezó a caer, Colombia comenzó a estar expuesto a constantes disminuciones de calificación.
Por lo pronto, la imagen de la nación es la de una más riesgosa, en términos de endeudamiento. Por lo cual, al país le comenzarán a cobrar una prima mayor y una tasa mas elevada, lo que sin duda ahondará en el déficit fiscal que actualmente asume el gobierno.
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