La producción de café en Colombia, después de un repunte en enero, enfrentó una contracción anual del -6,3% en febrero, alcanzando apenas 961 mil sacos. El retroceso se presenta en un contexto de desafíos económicos, evidenciado por una caída del -36,9% en el valor de la cosecha de febrero, ubicándose en 779 mil millones de pesos, muy por debajo de los niveles observados en años anteriores.
El precio interno promedio, aunque mostró un ligero aumento del 2,4% con respecto a enero, aún se encuentra significativamente por debajo (-29,8%) de los valores de hace un año. Este fenómeno se atribuye al comportamiento negativo de la tasa de cambio y el diferencial, según lo expuesto por la Federación Nacional de Cafeteros (FNC).
A pesar de los desafíos, el país experimenta un aumento del 1,7% en el acumulado de 12 meses, llegando a 11,4 millones de sacos de café. Sin embargo, el valor de esta cosecha se redujo en un -27,6%.
El futuro del café colombiano se presenta con una mezcla de incertidumbre, las proyecciones mundiales para la cosecha 2023/24 sugieren una producción global superior a los 170 millones de sacos, impulsada principalmente por el aumento en Brasil, lo que impacta directamente en el mercado.
En el caso específico de Colombia, se espera una recuperación en la producción, con un aumento del 15% en lo corrido del año cafetero. Lo anterior, tiene un impacto crucial en regiones como Huila, el principal productor del país, y en los más de 85.000 caficultores que dependen de esta actividad.
A pesar de los desafíos, las exportaciones de café colombiano aumentaron un 13% en comparación con febrero del año pasado, alcanzando los 1,05 millones de sacos. Además, se espera que la cosecha secundaria comience después de Semana Santa, aunque el clima sigue siendo una variable importante, con lluvias recientes en todas las zonas cafeteras.