La caída en los precios internacionales del barril de petróleo y la cotización del dólar le han pasado cuenta de cobro a más de una empresa nacional. El turno ahora es para Argos, quien ha decidido cerrar la planta productora de cemento especial petrolero localizada en el municipio de San Gil en el departamento de Santander. La medida amenaza el empleo de cerca de 76 personas que trabajan de forma directa en esa planta y de otras 50 que trabajan indirectamente.
La preocupación la dejó en claro el Sindicato Unitario de Trabajadores de la Industria de Materiales para Construcción, Sutimac, a quienes los directivos de Argos les aseguraron que los trabajadores serán reubicados en las otras plantas a nivel nacional y pidieron que recordaran el caso del cierre de la planta de Sabanalarga en el Atlántico, cuyo proceso de reubicación del 80% del personal que laboraba allí, culminó hace un mes.
Sobre el cierre de la planta, desde Medellín se aclaró que se trata de una transformación productiva y no un cierre total de las instalaciones, esto como medida para hacer sostenible la empresa en el tiempo y eliminar la especificidad en la planta, que estaba enfocada en un sector que afronta un presente difícil y seguramente un futuro no muy distinto.
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