Jeiko Sebastián Londoño, estudiante de maestría en construcción de la Universidad Nacional de Colombia, encontró que después de un proceso de activación alcalina, la ceniza de hoja de guadua se puede utilizar para fabricar un cemento alternativo que podría reducir las emisiones de CO2 hasta en un 70% frente a la variedad más usada de este insumo en el país.
De acuerdo con Londoño, “esta producción de ceniza de bambú se puede originar de la biomasa residual que genera el aprovechamiento de esta planta como material de construcción, de la cual se aprovecha solo la madera para su fabricación y quedan las hojas y los tallos delgados como residuo”. Por otro lado, actualmente Colombia tiene una participación del 0,3% en el mercado internacional de guadua y el cultivo de esta planta, al ser de rápida renovación, también tiene potencial como mecanismo de captación de CO2.