La implementación de la reforma tributaria generó un incremento en los precios de los combustibles, a razón de un nuevo impuesto verde que busca limitar su demanda, expectativa que cumplió su objetivo casi de manera inmediata, afectando a los diferentes agentes del sector. A su vez, el primer semestre del año se caracterizó por algunos otros incrementos debido a diferentes circunstancias. Por su parte, el riesgo atado al déficit que presenta el Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (FEPC) se conserva y se generan mayores alertas si se considera el aviso de un posible escenario de no autosuficiencia de combustibles en el mediano plazo.
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El 2017 inició entre discusiones para el sector de los combustibles, situación generada a partir de la entrada en vigencia del impuesto verde, el cual hace parte de la sancionada reforma tributaria, que tiene como fin desestimular el uso de combustibles fósiles. De acuerdo con lo estipulado en los documentos que rigen la directriz de dicha reforma, el tributo a las emisiones de dióxido de carbono busca desincentivar el uso de combustibles fósiles, y así reducir las emisiones de gases efecto invernadero, propiciando un impacto positivo en la calidad del aire y la salud ambiental.
Toda la coyuntura generada a partir de la sanción de la reforma tributaria y su afectación sobre los precios de los combustibles puso en jaque el desempeño del sector al sur del país. En los primeros meses del año, los distribuidores de combustible de departamentos como Huila y Caquetá advirtieron que el efecto de la reforma les estaba causando una caída del 25% en la venta de gasolina y diésel en las estaciones de servicio, lo cual se ha trasladado al mercado laboral de las regiones como resultado de las medidas de recortes asumidas por los actores del mercado.
Por otro lado, el debate sobre el uso de combustibles, desatado por los niveles de contaminación ambiental en las principales ciudades del país, generó algunos cambios importantes en la estructura del sector. Tras la situación alarmante en niveles de contaminación que presentó Medellín, y que conllevó a diferentes medidas de choque para mitigar la demanda de combustibles, el Ministerio de Minas y Energía determinó inicialmente que la gasolina que se distribuya en Antioquia deberá tener una mezcla de bioetanol más alta que el combustible que se vende en las demás regiones del país.
Frente a la coyuntura actual, la Contraloría General planteó un marcado giro para la política de los precios de los combustibles. El informe elaborado por la Contraloría Delegada para el Sector de Minas y Energía considera que, con la actual política de precios de combustibles que opera con un Fondo de Estabilización y que crea subsidios implícitos, estos tenderán a crecer con el paso del tiempo.
Fuente: Ministerio de Minas y Energía
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