De acuerdo con la Federación Colombiana de Lonjas de Propiedad Raíz, gracias a que la antigüedad de los inmuebles reduce su precio de adquisición, en 2017 la construcción de vivienda cayó 6,2%, pues los colombianos prefirieron la vivienda usada que nueva.
El año pasado, además, la financiación de vivienda usada tuvo un incremento de 7,2%. Las entidades financiadoras de viviendas entregaron $3 billones de pesos para la compra de estos inmuebles. En cuanto a unidades, 80 mil fueron nuevas y 40 mil usadas, llevando a variaciones de -2,3% y 3%, respectivamente.
El gerente de la firma inmobiliaria Avacol, Manuel Alfonso Carrillo, comentó que “como la oferta para estrenar disminuyó, muchas personas migraron a la segunda opción, que, además, tiene las ventajas del precio que se ha ajustado”.