Revlon, compañía cosmética estadounidense, se acogió al capítulo 11 de protección contra la bancarrota en un juzgado de Nueva York este miércoles 15 de junio, tras no poder hacer frente a una deuda acumulada de 3.700 millones de dólares. La compañía, que tuvo en 2021 ventas por US$ 2.079 millones, y perdidas por US$ 207 millones, podrá seguir en funcionamiento gracias al procedimiento de bancarrota mientras realiza una reestructuración de su pasivo.
Para la consejera delegada de la marca, Debbie Perelman, “la demanda de nuestros productos por parte de los consumidores sigue siendo fuerte: la gente adora nuestras marcas y seguimos teniendo una posición de mercado saludable, pero nuestra complicada estructura de capital ha limitado la capacidad de sortear los problemas macroeconómicos para satisfacer esta demanda”. La pandemia, el alza en los costos debido a problemas en la cadena de suministro y la competencia con marcas emergentes que centran sus ventas en un formato online golpearon fuertemente las ventas de la compañía, que espera mediante esta nueva medida reorganizar estratégicamente su estructura de capital y perspectivas a largo plazo.
