La reciente publicación sobre el desempeño del sector comercio que realizó Fenalco en la Bitácora del mes de abril, no es alentador. El desempleo en el país se ubicó en niveles no muy distantes de Brasil, que vive una situación para nada alentadora, en términos políticos, sociales y económicos. Dentro de los subsectores entre los que más presentaron dificultades fue el automotriz y el del calzado. Este último con golpe doble; por un lado la caída en las ventas que se registró en las principales ciudades del país, por efectos como la devaluación.
Por otro lado, recibieron la estafa del año por parte de una compañía distribuidora que se hizo llamar Agostini y que logró establecer contacto con más de 300 microempresarios de calzado en un certamen del sector que se celebró a finales de 2015 en un hotel de Bucaramanga. El requerimiento de los estafadores era colocar el pedido en Ipiales, Nariño, solicitud que cumplieron los empresarios. La cuestión es que la mercancía desapareció y de la distribuidora Agostini no se tiene razón alguna. Por esta razón, los perjudicados han establecido las demandas en la fiscalía general de la nación para buscar a los responsables de las pérdidas, que ascienden a los 1.5 millones de dólares.