El panorama del gas natural en Colombia es desafiante tras el anuncio de Ecopetrol de suspender el suministro de gas a varias empresas. La medida busca priorizar la generación eléctrica en plantas térmicas debido a la sequía que afecta al país y los bajos niveles de los embalses. La falta de consolidación del fenómeno de La Niña agrava la situación, poniendo en alerta a los gremios del sector.
A pesar de que compañías como Gases del Caribe y EPM aseguran que no habrá afectaciones para el usuario final, el panorama es preocupante. La decisión del Gobierno de no firmar nuevos contratos de exploración y explotación de hidrocarburos, junto con la reciente suspensión de operaciones en el pozo Uchuva 2, han creado un contexto crítico. Además, el Ministerio de Minas y Energía ha limitado las exportaciones de energía a Ecuador por la “temporada seca”.
La presidenta de Acolgen, Natalia Gutiérrez, advierte que el apuro del Gobierno por avanzar hacia la transición energética está poniendo en riesgo 4.500 megavatios de capacidad. Las sequías, ya previstas desde finales de 2023, han llevado a que las plantas térmicas operen a plena capacidad, sin suficiente margen entre la oferta y la demanda.
Con el suministro de gas natural vehicular afectado, más de 10.000 vehículos de carga podrían enfrentar interrupciones en sus operaciones. Los gremios enfatizan la necesidad de lluvias en los próximos meses para recuperar los niveles de los embalses y asegurar la confiabilidad del sistema energético.
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