El pasado 15 de marzo el laboratorio farmacéutico canadiense Valeant experimentó una caída de, más o menos, 45% en el valor de sus acciones. Esto sucedió luego de que la compañía presentará los resultados preliminares del último trimestre de 2015, recortará su proyección de ingresos para 2016 y contemplara la posibilidad de presentar de manera retrasada su informe anual, lo cual podría derivar en un “evento de impago de la deuda”.
De forma previa se anunció que las ventas del cuarto trimestre fueron de 2.800 millones de dólares y el beneficio por acción de 0.98 dólares, por su parte los recortes en la previsión de los ingresos para 2016 fueron de 12%. Los débiles resultados de la compañía se deben a menores ventas en productos gastrointestinales, como consecuencia de ajustes en los canales de comercialización.
La farmacéutica, que actualmente es investigada por las autoridades de Estados Unidos por manejos administrativos y contables, ya había anunciado que probablemente retrasaría la presentación del informe ante los reguladores del mercado, pero por primera vez se habló de la posibilidad de suspender los pagos. De materializarse este riesgo los acreedores presionarían los pagos e impondrían restricciones a la capacidad de endeudamiento de Valeant.
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