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Un grupo de investigadores químicos de la Universidad McMaster en Estados Unidos desarrollaron una forma de almacenar vacunas durante ocho semanas a temperaturas de hasta 40°C, favoreciendo la asequibilidad de antivirales a las regiones más remotas y de menos recursos del mundo. Actualmente las vacunas necesitan estar en un almacenamiento constante a temperaturas entre 2ºC y 8ºC.
Con el nuevo método los componentes de la vacuna se ponen en un recipiente con azúcar y gel que seca y sella la vacuna, luego esta se reconstituye con agua. Si bien se le añade un costo marginal a la preparación de la vacuna, se disminuyen los costos de transporte hasta 80%.
Según dijeron los ingenieros a la revista Scientific Reports, “serían ideales para enviar la vacuna contra el Ébola, por ejemplo, a las regiones afectadas de África…combinar las vacunas y los azúcares (pullulan y trehalosa) es casi tan simple como mezclar crema y azúcar en el café”.