Con el fin de depender cada vez menos de la quimioterapia como tratamiento para las enfermedades oncológicas, un grupo de científicos rusos desarrollaron un nuevo medicamento, basado en radiación ionizante y toxina bacteriana, 2.200 veces más potente que los tratamientos actuales. “Al igual que los ejércitos modernos despliegan tanques, tropas y artillería, nosotros también combatimos los tumores utilizando varios mecanismos a la vez: radiación ionizante y una fuerte toxina de origen bacteriano”, aseguraron.
La eficacia fue confirmada por medio de experimentos en ratones y se informó que además de tratar, facilita la visualización de los tumores, siendo funcional como insumo para el diagnóstico. Este medicamento está compuesto por nanopartículas, que actúan con un agente radiofarmacéutico incorporado garantizando su acción dirigida y libre de efectos secundarios, a diferencia de las quimioterapias.
El fármaco ingresa al tumor desde el flujo sanguíneo y la toxina “bloquea la síntesis de proteínas en las células evitando su restauración y diseminación”.
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