La floricultura colombiana, una de las principales fuentes de exportación no minera del país, enfrenta una presión creciente por parte de competidores internacionales como Ecuador y Kenia, que están ganando terreno en los mercados globales gracias a menores costos de producción y ventajas logísticas.
Durante décadas, Colombia ha sido reconocida como el segundo mayor exportador de flores del mundo, destacándose por la calidad de sus rosas, claveles y crisantemos. Sin embargo, en los últimos años, factores como el encarecimiento de la mano de obra, el aumento en los costos logísticos y la apreciación del peso colombiano han afectado la competitividad del sector.
Ecuador: Calidad Similar, Costos Más Bajos
Ecuador ha sabido posicionarse como un fuerte rival en mercados clave como Estados Unidos, Europa y Rusia. Gracias a su ubicación geográfica, condiciones climáticas favorables y costos laborales más bajos, ha logrado ofrecer flores de calidad comparable a las colombianas, pero a precios más competitivos.
Kenia: El Gigante Africano que Gana Espacio en Europa
Por otro lado, Kenia se consolida como un proveedor estratégico para el mercado europeo. Su cercanía con Europa y tratados comerciales favorables con la Unión Europea permiten que sus flores lleguen con mayor rapidez y menores aranceles, lo que le otorga una clara ventaja frente a productores latinoamericanos.
Retos para Colombia: Costos, Infraestructura y Diversificación
A pesar de su liderazgo histórico, Colombia necesita enfrentar varios desafíos para mantener su posición en el mercado global. Entre los principales retos se destacan:
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Altos costos logísticos en comparación con sus competidores.
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Infraestructura deficiente, especialmente en transporte terrestre y aéreo.
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Falta de innovación en procesos productivos.
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Necesidad de diversificar mercados, más allá de Estados Unidos, su principal destino.
¿Cómo puede responder el sector floricultor colombiano?
Para enfrentar esta creciente competencia, expertos del sector sugieren:
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Apostar por la automatización y eficiencia energética.
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Mejorar las cadenas logísticas internas.
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Impulsar la promoción internacional de la marca país.
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Fomentar alianzas estratégicas para llegar a nuevos mercados como Asia y Medio Oriente.