Según cifras de Fedegán, en el cuarto trimestre de 2022, el sacrificio bovino cayó un 5,1% respecto al mismo periodo del 2021. Así como, también se evidenció una caída del 5,8% si se compara el 2022 con el año inmediatamente anterior. Las principales razones, según Oscar Cubillos, jefe de estudios económicos de Fedegán, son la inflación, el invierno y la inseguridad.
La inflación ha generado que los consumidores de carne opten por comprar productos que no hayan aumentado su precio a gran escala, como el pollo y la carne porcina, las cuales tuvieron un aumento en su consumo en los últimos meses del 2022. Por su parte, el invierno ha causado el desgaste en el suministro de animales de manera eficiente, pues el consumo de este tipo de proteínas es local, ya que no poseen grandes importadores.
Por último, la inseguridad ha venido afectando fuertemente al sector ganadero. Se ha evidenciado un aumento en los robos de cabezas de ganado, el cual es sacrificado de manera clandestina y posteriormente comercializado, lo que también contribuye a la disminución en el consumo de carne formal.