En 2007 fue inaugurado el gasoducto transcaribeño Antonio Ricaurte, con una extensión de 224 kilómetros entre los campos petroleros venezolanos en el estado de Zulia y Riohacha, capital del departamento de la Guajira en Colombia. Este gasoducto está inactivo desde 2015 y Petróleos de Venezuela S.A (PDSVA) está evaluando la posibilidad de reactivarlo utilizando la red del Grupo de Energía de Bogotá (GEB) para exportar gas a Colombia.
La reapertura del gasoducto beneficiaría a ambos países. En el caso de Venezuela, contribuye a la recuperación de la prolongada crisis económica que enfrenta el país, y para Colombia significa una mitigación del riesgo de escasez de gas que algunos actores proyectan para el periodo 2025-2026.
Ricardo Ortega, presidente de GEB, indicó que “como transportadores tenemos la infraestructura que podría llevar ese gas al mercado y estamos más que interesados en que eso ocurra. Hay muchas actividades que podrían hacer la transición al gas en Colombia si tuviera la fiabilidad y el precio adecuado”.
De llegar a un acuerdo para la reapertura del gasoducto, se tendrían que realizar algunas reparaciones a la infraestructura y se tendría que recibir el aval del Tesoro de Estados Unidos, por las sanciones que actualmente pesan sobre PDVSA.