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Las restricciones que ha dejado la pandemia en la vida diaria de las economías a nivel mundial están impulsando de manera importante los procesos de automatización y robotización de las actividades productivas, lo que se puede evidenciar en el incremento de 40% que ha tenido la demanda del asistente de IBM (Watson), y el desarrollo de tareas como desinfección o servicio de café por parte de robots en clínicas de China y Japón, aprovechando que no se contagian ni se enferman, y trabajan 24 horas sin parar.
Según un estudio reciente de la OCDE, citado por la revista Semana, la robotización eliminará 375 millones de empleos hasta 2030, 2.8 millones de ellos en Colombia, y si bien se crearán nuevos puestos de trabajo para soportar su desarrollo y operación, estos serán para quienes tengan acceso a la educación necesaria, lo que podría incrementar las brechas sociales; según Camilo Barrera, experto en robótica industrial, aunque en Colombia el desarrollo de un robot industrial aún no es financieramente viable por el costo de la mano de obra local, el país debe recorrer este camino para recortar las brechas de competitividad con economías como China.