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La industria de videojuegos ha incrementado exponencialmente desde la década del 2000 a la actualidad. Los deportes electrónicos se caracterizan por su amplio número de competencias que son realizadas ya sea por los propios desarrolladores de los videojuegos o por empresas que se dedican exclusivamente a la elaboración de estos eventos.
Las plataformas “deportivas” de videojuegos, como League of Legends, Counter Strike, DOTA2, Clash Royale, entre otros, han tenido un éxito de tal manera que se estima que sus ligas pueden alcanzar un valor de mercado de hasta 300 millones de dólares, generando ingresos similares e incluso sobrepasando a las producciones de otras industrias como la música y el cine.
Recientemente, Google presentó a Stadia, una plataforma streaming de videojuegos que además de jugar, permite crear los mismos, eliminando así una necesidad de consolas predeterminadas, lo que supone una revolución en el campo poniendo en una mirada crítica a Play Station y Xbox, líderes del mercado.
Con una nueva oferta y generación de contenidos, los cuales ya no tendrán que ser descargados o visualizados a través de una consola, se busca impulsar el desarrollo de “la nube” ampliando el futuro de los videojuegos y siguiendo la línea de otras compañías dedicadas al entretenimiento streaming como Spotify y Netflix.
Según las palabras de Sundar Pichai, presidente ejecutivo de Google, buscan “construir una plataforma de juegos para todos” motivando al uso de nuevas tecnologías de videojuegos que se adapten a las necesidad de los usuarios y las tendencias actuales del entretenimiento.