La evolución del PIB de la elaboración de productos de molinería registró un incremento del 2,3% en 2017 respecto a 2016, un comportamiento aceptable teniendo en cuenta el momento de fragilidad que vivió la economía nacional y en gran medida la industria. En lo que respecta al primer trimestre del año, la situación mejoró, presentando un crecimiento del 7,2% en comparación con el mismo periodo de 2017.
En cuanto a la producción de trigo, principal materia prima del sector, se tiene que durante el primer cuatrimestre del año fue sembrado por cantidades similares en Boyacá y Nariño, alcanzando un total de 1.355 hectáreas, lo que representa un 1% del total de cereales plantados en el país, sin incluir el arroz. Lo anterior deja ver que la producción interna es insuficiente para cubrir la demanda, lo que conduce a la dependencia de las importaciones, de los precios internacionales y de la TRM. Como el trigo, otros cereales utilizados en la producción de productos panificados, entre ellos la avena y la soya para consumo humano, requieren de importación.
En lo relacionado al futuro del sector, se espera el desarrollo de productos saludables, con un menor contenido de gluten y azúcar, tendencia impulsada por la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, FAO, que lanzó una fuerte campaña para disminuir los problemas de diabetes y obesidad, recomendando bajar el consumo de los productos con mayor contenido de estas sustancias.
En el caso del gluten, en Estados Unidos, desde 2013 la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus siglas en inglés), ordenó que las etiquetas deben indicar su presencia y para ser declaradas como libres de esta sustancia no pueden contener más de 20 partículas por millón. Este dato es referente para las empresas nacionales que deseen ingresar al mercado estadounidense.
Aun con lo anterior y teniendo en cuenta los proyectos productivos de los exintegrantes de las FARC, hay buenas expectativas en la industria panificadora, según un estudio de Nielsen, firma especializada en estudios de mercados y consumidores, el segmento del pan, las galletas, las papas fritas y los snacks se consolida como segundo dentro de las preferencias de los consumidores, tan solo detrás de los lácteos y sus derivados.
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